Un equilibrio irrenunciable entre la razón y la emoción, que permite crear modelos de actuación y pasar de replicar, a interpretar y determinar la mejor forma de actuar según cada caso 

Sentir, evidenciar y aprender a través de metodologías específicas centradas en la implicación, generando así el interés constante durante todo el proceso de desarrollo

Hacer conscientes y ordenar modelos de comportamiento centrados en el cómo actuar eficazmente, en función de cada una de las habilidades que ponemos en marcha